por Thaif Deen – Un Consejo Asesor de la ONU sobre Agua y Saneamiento (UNSGAB, en inglés), que acaba de terminar su mandato de 11 años, recomienda una revisión completa de la manera en que la comunidad internacional lidia con dos problemas socioeconómicos de la Agenda de Desarrollo Posterior a 2015, la escasez de agua y la insuficiencia de saneamiento.
Según un informe publicado el miércoles 18, la importancia suprema del agua y el saneamiento para el desarrollo y el bienestar merece la creación de “una nueva y poderosa esfera global dentro de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)”, dedicada a resolver los conflictos y problemas en común y a registrar los avances en virtud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados en una cumbre del foro mundial en septiembre.
Entre las recomendaciones del UNSGAB se incluye una plataforma intergubernamental sobre agua y saneamiento, con el apoyo de comisiones independientes integradas por científicos, consejeros y monitores de todo el mundo.
Creado por el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, en 2004 para avanzar en las metas relacionadas con el agua de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el UNSGAB advierte que la infraestructura institucional de hoy requiere una fuerte renovación para poder cumplir con los ODS relacionados con el saneamiento y el agua.
Los 17 ODS apuntan a asegurar el agua potable y el saneamiento, además de la erradicación de la pobreza y el hambre, para el año 2030.
“En la actualidad existe un desajuste entre la visión integrada y ambiciosa del agua dulce y la gestión del saneamiento para 2030 y las estructuras políticas internacionales disponibles para contribuir con su puesta en práctica”, asegura el informe, presentado por el presidente del UNSGAB, Uschi Eid, al secretario general Ban Ki-moon .
En el órgano propuesto participarían el sector privado y otros actores, con el apoyo de una secretaría – ONU-Agua – y una comisión de expertos independientes con el mandato de recabar información fidedigna sobre agua y saneamiento y fomentar la investigación.
Además, apoyaría la toma de decisiones internacional “de una manera equilibrada, basada en hechos, transparente e integral”.
Un folleto informativo publicado por el UNSGAP señala que la comunidad empresarial coloca a la escasez del agua como el principal riesgo mundial, según su impacto en la sociedad, mientras se prevé que la demanda mundial de agua crecerá cerca de 55 por ciento entre 2000 y 2050.
Actualmente viven 1.700 millones de personas en cuencas fluviales donde el consumo de agua supera su reposición.
Cerca de 10 por ciento de la población mundial, o 663 millones de habitantes, aún carecen de fuentes mejoradas de agua potable, mientras que las personas sin acceso al agua potable ascienden a 80 por ciento en el medio rural.
El número de personas sin ese acceso es cada vez mayor en las zonas urbanas y en África subsahariana, y al menos 1.800 millones de habitantes utilizan una fuente de agua potable que está contaminada con heces.
Unos 700 millones de personas más deberían contar con saneamiento básico para poder cumplir con la meta relacionada con los ODM en 2015.
Uno de cada tres habitantes, o 2.400 millones, todavía carecen de instalaciones de saneamiento mejoradas, y una de cada ocho personas, o 946 millones, defecan al aire libre.
La pérdida estimada en los países en desarrollo por la falta de acceso a fuentes mejoradas de agua y saneamiento básico alcanza 1,5 por ciento del producto interno bruto (PIB), mientras que la prioridad dada al gasto público en el agua varía mucho entre los países, de menos de 0,5 por ciento a más de dos por ciento del PIB.
Las estadísticas corresponden a varias organizaciones internacionales y agencias de la ONU, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Foro Económico Mundial.
El agua es la fuente de la vida, la salud y los medios de subsistencia en todo el mundo, declaró Ban el miércoles 19.
El suministro de agua potable es una de las responsabilidades básicas de los gobiernos nacionales y locales, añadió. El agua impulsa las decisiones de las empresas y, en muchos lugares, determina el ritmo de la vida diaria, destacó.
Si el agua escasea cuando más se necesita puede significar sequía e inseguridad alimentaria. Y el exceso de agua – en forma de inundaciones, tormentas u olas – puede devastar ciudades enteras, a ricos y a pobres, expresó Ban.
El agua contaminada, ya sea de fuentes humanas o industriales, se cobra las vidas de los niños y afecta la salud de comunidades en todo el mundo, con consecuencias de largo alcance, advirtió.
Actualmente, las inundaciones, las sequías y las tormentas de viento representan casi 90 por ciento de los 1.000 eventos meteorológicos más desastrosos desde 1990, indicó.
“Provocaron más de un billón de dólares en daños y afectaron a más de 4.000 millones de personas. Los pobres y los más vulnerables fueron los primeros en sufrir y de la peor forma”, agregó Ban.
Entre otras recomendaciones, el UNSGAB propone:
– Aumentar y mejorar los flujos financieros, con una mayor prioridad dada al sector del agua y el saneamiento, así como a la gestión de los recursos hídricos, en los presupuestos nacionales.
-Darle un mayor énfasis a la realidad de que la escasez y la contaminación del agua y el deterioro de los ecosistemas relacionados con el agua son una amenaza para el desarrollo sostenible global.
– Desarrollar políticas nacionales y planes maestros para las aguas residuales que incluyan estimaciones de costos, plazos y planes de financiación sostenible, para asegurar que los planes de inversión de capital se correspondan con las fuentes de financiamiento externas e internas.
-Que los desastres relacionados con el agua se aborden como parte de la planificación del desarrollo, incluida la protección social necesaria.
Traducido por A. Queiruga; publicado originalmente por IPS (aquí…); se reproduce en nuestro sitio con fines informativos y educativos.