Los efectos del extractivismo y las alternativas para cambiar este modelo de supuesto “desarrollo”, son parte del libro que recientemente publicó el uruguayo, Eduardo Gudynas, quien es parte del Centro Latinoamericano de Ecología Social (Claes).El texto titula “Extractivismos”, puiblicado por CEDIB.
En el taller sobre “Extractivismos y derechos humanos elementos de reflexión desde el caso boliviano” promovido por el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) que se desarrolló el 27 y 28 de julio 2015 en Cochabamba, Gudynas dio a conocer partes del contenido de su libro.
Explicó que el texto expone precisiones sobre el concepto de extractivismo, que es la apropiación de los recursos naturales e identifica distintos grupos de esta actividad, además repasa muy brevemente los efectos locales que tiene en contra del medio ambiente y se analiza lo que se denomina efectos derrame.
Señaló que los efectos de derrame se refieren a las consecuencias que tiene la explotación de los recursos naturales en la dimensión ambiental, económica, política y territorial.
Agregó que el efecto derrame engloba consecuencias más profundas y difíciles de percibir que los impactos locales que tienen algunos emprendimientos mineros o petroleros.
Sostuvo que uno de los grandes efectos del derrame, es la compensación, pues por diferentes vías los extractivistas generaron la ilusión de que el daño que ocasionan puede ser compensado con una obra social, por ejemplo si en una comunidad se contamina el lago se propone a la comunidad compensar el daño entregando dinero para la construcción de una posta de salud; pero esto no resuelve el grave problema ambiental ocasionado.
Asimismo, manifestó que para llevar adelante el extractivismo se modifica una política pública, pues existe una flexibilidad de las normas ambientales para aprobar un emprendimiento extractivo, aseveró que cuando el Gobierno consigue estas reducciones y otorga permisos “excepcionales” se debilita la gestión ambiental en todo el país.
Mencionó que el libro contiene ejemplos de extractivismo que se realizan en diferentes países de Latinoamérica, para el caso de Bolivia se utilizaron datos del Cedib.
Enfatizó que el libro concluye con algunas alternativas para salir de esta actividad que es el debate de varios países, que tiene el nombre genérico de post extractivismo, para lo cual se rescata algunas iniciativas que se efectuaron en Ecuador, o en Perú, donde la sociedad civil coadyuvó a recabar un cambio en la política de agenda extractivista de su Gobierno.
Señaló que se deben encontrar alternativas para que la economía de un país funcione sin ser extractivista, que realmente se tenga un buen vivir como una postura crítica al desarrollo convencional.