por Patricia Gainza – Este índice presentado por cuarto año consecutivo y desarrollado por Reporteros Sin Fronteras (RSF)*, pretende medir el estado de la libertad de prensa a lo largo del mundo. Miden estadísticamente el número de amenazas, detenciones y asesinatos que sufren los periodistas y sus colaboradores en el ejercicio de la profesión. La sede de esta organización se encuentra desde hace más de quince años en París y cuenta con 130 corresponsales en los cinco continentes.
Según el índice referido, durante el 2005 murieron en el mundo 53 periodistas y 4 colaboradores y fueron encarcelados 112 periodistas, 71 ciberdisidentes y 3 colaboradores. (Los ciberdisidentes o ‘bloggers’ son periodistas que utilizan medios alternativos como la Internet en aquellos países donde los medios acostumbrados son censurados o presionados -Nepal, Bahrein, Hong-Kong, China, Irán, Vietnam, Cuba-. Estos espacios ofrecen noticias independientes y eso lleva a que los periodistas corran el riesgo de ser reprimidos o detenidos por los gobiernos).
La categorización utilizada para realizar esta medición refleja el grado de libertad que poseen los trabajadores de los medios de comunicación en sus países y los avances legislativos emprendidos por los distintos Estados que contribuyan al libre desenvolvimiento de tal actividad.
La metodología utilizada por la RSF consiste en la aplicación de un cuestionario que considera diversos aspectos en un formato de cincuenta preguntas dentro de las que encontramos un recuento de los atentados directos contra los periodistas (asesinatos, encarcelamientos, agresiones, amenazas, acoso o presiones psicológicas, intimidaciones y vigilancia) y contra los medios de comunicación (presiones, registros, censuras, acciones económicas). Otro ítem considera el grado de impunidad con el que cuentan los autores de las diversas violaciones. También se analiza el marco jurídico que regula el trabajo de los medios de comunicación (sanciones para delitos de prensa, monopolio estatal sobre algunos temas, presencia de órganos de regulación, etc.), así como el comportamiento del Estado, de las milicias armadas, organizaciones clandestinas u otros grupos que pudiesen ejercer algún tipo de presión sobre los medios públicos y la prensa internacional. Finalmente, se incorporan los atentados contra la libertad de circulación de la información en Internet.
El cuestionario que dio como producto el ranking que vemos a continuación se aplicó a catorce asociaciones de defensa de la libertad de prensa, a los corresponsales y colaboradores de RSF a lo largo del mundo y a otros periodistas, investigadores, juristas o defensores de los derechos humanos. El relevamiento abarca el período que va desde primero de septiembre de 2004 al primero de septiembre de 2005. Comprende una escala que permite atribuir una calificación a cada cuestionario que fue elaborada con la asistencia del Instituto de Estadística de la Universidad de París.
Fueron 167 los países de los cuales se hallaron datos suficientes, independientes y confiables. Los diez países mejor ubicados, que según el ranking de la RSF “garantizan una confiable y estable libertad de prensa”: son europeos.
Ranking de libertad de prensa, Reporteros Sin Fronteras, 2005
1 Dinamarca
2 Finlandia
3 Irlanda
4 Islandia
5 Noruega
15 Trinidad y Tobago
28 El Salvador
35 Jamaica
41 Costa Rica
45 Bolivia
46 Uruguay
50 Chile
51 República Dominicana
59 Argentina
63 Brasil
67 Panamá
68 Nicaragua
69 Paraguay
77 Honduras
86 Guatemala
87 Ecuador
93 Venezuela
116 Perú
117 Haití
128 Colombia
135 México
161 Cuba
167 Corea del Norte
En América Latina la violencia contra la prensa se incrementa, durante el año 2004 hubo 14 periodistas y colaboradores muertos en la región, cifra que duplicó la de 7 muertos del 2003. En el índice del corriente 2005, el país latinoamericano que aparece mejor ubicado es Trinidad y Tobago (en el lugar número 15) y el que se encuentra en peor situación a pesar de su leve recuperación de cinco puestos es Cuba (161) cerca de Corea de Norte (167) que ocupa el último puesto en este ranking.
La amplia mayoría de los países latinoamericanos han descendido en esta clasificación en el último año, lo que es un reflejo del empeoramiento de las condiciones de trabajo para los periodistas en la mayoría de los país. Los que han caído estrepitosamente son República Dominicana (51) que perdió 20 lugares, Nicaragua (68) descendió 14 puestos, Paraguay cayó 32 lugares para ubicarse en el puesto 69, Honduras (77) cayó 24 escaños, Guatemala y Ecuador 18 y 20 respectivamente. Pero el caso más preocupante es el de México que cayó 39 puestos pasando de la ya alarmante posición número 96 en el 2004 a la 135.
Las excepciones a esta tendencia general de declive latinoamericano son Bolivia que ha mejorado 31 puestos, pasando de ocupar el lugar 76 durante el año 2004 al 45; y Argentina que subió 20 lugares que la colocan en el puesto 59.
En muchas naciones de la región, las condenas con cárcel para los delitos de prensa así como la violación del secreto del informante generan serios enfrentamientos con el poder judicial. Por ejemplo en Uruguay, Ecuador y Honduras “algunos periodistas fueron condenados a penas de cárcel, con la condena en suspenso, por difamación”. Para la RSF y otros organismos defensores de los derechos humanos, las sanciones de cárcel para delitos de prensa constituyen una represalia excesiva si se compara con el perjuicio causado a la víctima y esto conduciría a los periodistas a autocensurarse. Un buen ejemplo de esto es Uruguay, donde efectivamente los casos de autocensura son muchos más que los de censura expresa, como lo sucedido con el periodista argentino Jorge Lanata a quien le suspendieron el programa televisivo por investigar serios casos de corrupción que involucraban a autoridades políticas y empresarios ligados al fútbol.
Otro caso es el de Venezuela, que bajó tres puestos, donde si bien se ha legislado más sobre delitos de prensa después de la confirmación en el poder del Presidente Hugo Chávez, la RSF considera que se aprobaron una serie de leyes que son peligrosas para la libertad de prensa y que amenazan a los medios de comunicación. Eso se debe a que, en general, estos medios son hostiles al Presidente. (En este caso, ¿no debemos sopesar también la importancia de delimitar por la única vía posible, la legislativa, un poder que en Venezuela como nunca antes en la historia latinoamericana contribuyó -y para muchos constituyó- un actor decisivo en un intento de golpe de estado contra un presidente electo por la vía democrática?
Mientras que los argumentos para burlar la libertad de prensa en el primer mundo suelen tener que ver con la violación al secreto de la fuente, en los países pobres uno de los argumentos más recurridos, según la propia organización, es que el desarrollo económico es una condición previa indispensable para la democratización y el respeto de los derechos humanos. Paradójicamente, en el caso de nuestro continente son los países con mayor poderío económico y desarrollo relativo, los que están peor ubicados en la tabla: México, Colombia, Venezuela, Brasil y Argentina. Todos ellos están ubicados después de la posición quincuagésima.
Es importante remarcar que este ranking sólo pretende dar a conocer bajo qué circunstancias trabaja la prensa en diversas partes del mundo y no se detiene a analizar la calidad o seriedad de la misma.
Nota:
* Reporteros sin Fronteras defiende a los periodistas encarcelados y a la libertad de prensa en el mundo. La organización cuenta con nueve secciones nacionales (Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia, Italia, Suecia y Suiza) y representaciones en Abiyán, Bangkok, Londres, Moscú, Nueva York, Tokio y Washington. Más información: http://www.rsf.org
P. Gainza es analista de información en CLAES D3E. Publicado el 4 de noviembre de 2005.